¿Cómo funcionan las donaciones millonarias? El caso de Bill Gates y otras grandes fortunas 3h616x

En 2023, el total de donaciones en Estados Unidos representó casi un tercio del presupuesto federal de ese año./ Tomada de la página de Facebook de Bill Gates.
En 2023, el total de donaciones en Estados Unidos representó casi un tercio del presupuesto federal de ese año./ Tomada de la página de Facebook de Bill Gates.
Las fundaciones ha sido tradicionalmente la figura legal utilizada por los magnates para hacer donativos.
Fecha de publicación: 27/05/2025
Etiquetas: Estados Unidos, Donación, finaciamiento, inversionistas, inversiones, impuestos, filantropía, patrimonios

A principios de mayo, Bill Gates, fundador de Microsoft y quinto hombre más rico del mundo, según la agencia Bloomberg, informó sobre un cambio en su “testamento”, adelantando a 2045 el plazo para que la fundación que dirige complete la donación de más del 99 % de su cuantiosa fortuna, estimada actualmente en unos 120.000 millones de dólares. Sus hijos recibirán menos del 1 % de su patrimonio.

“La gente dirá muchas cosas sobre mí cuando muera, pero estoy decidido a que ‘murió rico’ no sea una de ellas”, señaló Gates al dar a conocer la noticia.

Con ello, deshizo los planes iniciales de la Fundación Bill & Melinda Gates, según los cuales la organización seguiría repartiendo durante décadas después de su muerte los millones que le granjeó haber desarrollado el sistema operativo Windows.

Si bien sorprende por el volumen de dinero involucrado, la decisión del líder tecnológico es una más entre muchas tomadas por otros multimillonarios que han optado por donar su patrimonio a causas benéficas, demostrando que la filantropía es uno de los motores que mueve los hilos de una significativa parte de la economía global, al subvencionar miles de proyectos y causas en pro de un mundo mejor.


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Moviendo al mundo 695a4o

Según el reporte Giving USA 2024, en 2023, el monto entregado en Estados Unidos a la caridad superó los 557.000 millones de dólares, cifra equiparable a un tercio del presupuesto para ese año, cuando el gobierno del expresidente Joe Biden aprobó la bicoca de 1.700 billones de dólares como estimado del gasto total de la istración federal. 

La cuantiosa cifra permite tener una somera idea de la cantidad de dinero que, a escala mundial, mueven las donaciones para la beneficencia solo en lo que respecta a la entrega de dinero, pues las estimaciones no incluyen el valor implícito en los aportes de experiencia y el tiempo invertido en actividades solidarias, los otros dos grandes pilares sobre los que se sustenta la filantropía.

En su informe, la fundación estadounidense proporciona otro dato que nos remite a la decisión tomada por Bill Gates recientemente: el 67 % de las donaciones en EE. UU. en 2023 fue entregado por individuos, mientras que otro 19 % fue aportado por fundaciones. Las corporaciones, que siempre han sido vistas como las grandes donantes, solo contribuyeron con el 8 % del monto total.


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Las normas detrás de la donación 4m2i1j

En el ideario colectivo existe la creencia de que las donaciones no atienden a ningún tipo de normas, no están sujetas al cumplimiento de las leyes y son la mejor forma de evadir impuestos, una apreciación que pasa por alto que estos aportes involucran grandes sumas de dinero con incidencia en la economía y, como tal, deben ser reglamentadas bajo parámetros específicos que, entre otras cosas, permitan determinar el origen y el destino de esos fondos.

En Estados Unidos, las donaciones se regulan a nivel federal y estatal mediante normativas fiscales y leyes de propiedad. Algunos de estas normativas son: 

  • Código de Rentas Internas sección 170 (Internal Revenue Code - IRC 170), que regula las deducciones fiscales para donaciones a organizaciones sin fines de lucro.
  • Gift Tax General (ISR, Impuesto sobre donaciones), que grava ciertas donaciones superiores a un umbral anual. En 2024, este umbral fue de 18.000 dólares por persona.
  • Leyes estatales de propiedad y contratos, que regulan la forma y documentación requerida para donar bienes inmuebles o activos importantes.
  • Regulaciones sobre organizaciones benéficas (Charity Laws), que supervisan la validez y el uso de las donaciones hechas a organizaciones sin fines de lucro. Entre estas, destacan el Estatuto 501(c)(3) del IRS, Formularios 990 y 1023 del IRS, Regulaciones del IRS y Ley de Producción de Defensa de 1950, entre otras.

Ahora bien, aunque la forma de donar es tan diversa como personas haya para hacerlo, tradicionalmente, los magnates se han decantado por las fundaciones sin fines de lucro, entidades legales que se dedican a manejar la beneficencia sin obtener réditos económicos para sus integrantes, cuyo patrimonio proviene justamente de donaciones.

Muchos de los aportes a estas fundaciones son realizados a través de fondos designados por los donantes o DAF, (siglas en inglés de Donor-advised funds), cuentas especializadas que actúan como un intermediario, permitiendo al donante hacer una aportación deducible de impuestos. 

También aplica la distribución benéfica calificada o QCD (por Qualified Charitable Distribution), una transferencia directa de fondos desde una cuenta individual de jubilación (IRA) a una organización benéfica reconocida, evitando que el dinero aportado se considere un ingreso imponible. El dueño de la cuenta debe cumplir con ciertos requisitos, entre ellos ser mayor de 70 años y medio.

Otra figura es el fideicomiso benéfico de bienes remanentes o CRT (Charitable Remainder Trust), un tipo de fideicomiso que permite a los donantes transferir activos a una organización benéfica, mientras que ellos o sus beneficiarios reciben ingresos anuales y, al final del fideicomiso, los activos remanentes se donan a la organización designada. Estas operaciones conjugan el beneficio fiscal y la generación de ingresos mientras se hace filantropía.


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Viejas y nuevas prácticas 31541d

Desde hace más de un siglo, las fundaciones han sido el canal para el reparto de grandes donaciones. Muestra de ello la tenemos en la Fundación Nobel o las americanas Carnegie, Rockefeller o Ford que, durante más de 100 años de labor ininterrumpida, mantienen sus funciones como sostén financiero de muchas causas en favor de la humanidad.

Esta tendencia ha permeado hasta nuestros días de la mano de los nuevos grandes donantes, entre los que figuran Bill Gates, Georges Soros y Warren Buffet, los mayores filántropos de los tiempos que corren y de la historia, que han hecho de las fundaciones sus canales para “devolver a la sociedad” parte de sus riquezas.

En 2010, Gates lanzó The Giving Pledge, una campaña filantrópica que busca comprometer a los más adinerados del mundo para que donen parte de sus fortunas con fines benéficos. Para mediados del año pasado, la iniciativa contaba con 244 firmantes, quienes aseguraron que entregarían al menos 50 % de sus posesiones.

No obstante, en años más recientes, los nuevos magnates de la tecnología y el entretenimiento han lanzado inéditas propuestas para sumarse a la ola de las donaciones, aunque con resultados muy modestos en comparación con los obtenidos por sus pares de mayor edad.

Una de estas iniciativas es la ideada por Mark Zuckerberg. Inspirado en la fórmula de filantropía de Pierre Omidyar, el padre de eBay, el fundador de Facebook y Meta lanzó en 2015 The Chan Zuckerberg Initiative, una especie de sociedad de responsabilidad limitada que permite una mayor libertad de actuación respecto a las fundaciones tradicionales, al tiempo que permite tener un mayor control sobre el destino de los fondos aportados.


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¿Cómo se reparte tanto dinero?   3s3l6b

Erróneamente utilizada como sinónimo de caridad, la filantropía se diferencia de ésta en que su enfoque es a largo plazo y busca solucionar problemas sociales generalmente complejos, en lugar de aliviar las consecuencias de esos problemas o la atención inmediata de una eventualidad.

Consciente de esta diferenciación, la Fundación Gates se ha dedicado por 25 años a financiar diversos programas, en especial algunos dedicados a la investigación científica de enfermedades infantiles, una ayuda que ha potenciado tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, cuyos drásticos recortes han restado fondos a programas de salud y asistencia pública en general.

Ahora bien, aunque la salud es la palabra que más resalta a la hora de decidir las áreas a financiar, en la práctica no es el área más favorecida. Consultoras privadas estadounidenses de donaciones señalan que el ámbito educativo en general (y el superior en particular), es el gran receptor de fondos.

Bajo la premisa de que invertir en educación es la forma más eficiente de ofrecer a la población una igualdad de oportunidades, esta área recibe el 47 % de los aportes.

El sanitario es el segundo rubro más beneficiado, captando alrededor de 20 % de los fondos globales, mientras que las artes, la cultura y la atención humanística social recibe cerca del 10 % de los recursos de la beneficencia.


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Invertir es la clave 5w6a11

De acuerdo con estimaciones de la propia Fundación Gates, nombre que tras el divorcio adoptó la entidad creada en el año 2000 por Melinda French y Bill Gates, antes de que se disuelva definitivamente el 31 de diciembre de 2045 habrá repartido unos 200.000 millones de dólares, monto 66 % superior a su patrimonio actual.

El aumento del capital a futuro deja entrever otra de las facetas de las fundaciones: servir de grandes centros de inversión para rendir mejores frutos, lo que hace de estas entidades en actores muy activos en áreas como el mercado de valores y el sector inmobiliario, principales áreas de inversión.

Un ejemplo de cómo un buen manejo del capital puede sustentar por mucho tiempo una acción benéfica es la Fundación Nobel. Creada tras la muerte del científico sueco Alfred Nobel en 1896, las inversiones realizadas desde entonces han permitido que cada año sea entregado a los ganadores un premio en metálico de aproximadamente un millón de dólares, monto que, ajustado por inflación, se ha mantenido invariable, salvo excepciones debidas a las crisis económicas desatadas por las guerras mundiales.


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Donar sin escatimar 43576n

La decisión de Bill Gates de donar más del 99 % de su fortuna no es la única. Chuck Feeney, el creador de las tiendas Duty Free, donó el 100% de su patrimonio, estimado en 7.500 millones de dólares. Sus últimos años los vivió en un apartamento alquilado y no tenía vehículo propio. “La riqueza debe utilizarse para mejorar la vida de los demás”, solía decir.

En 1901, Andrew Carnegie, el magnate irlandés-americano del acero, donó 5,2 millones de dólares para la construcción de 65 sucursales de la Biblioteca de Nueva York. En toda su vida, financió más de 2.500 bibliotecas en EE. UU., Gran Bretaña, Irlanda, Canadá, el Caribe, Australia y Nueva Zelanda. A él también se debe la construcción del famoso Carnegie Hall de Nueva York.

Antes de morir, el papa Francisco donó todo el capital que quedaba en su cuenta personal: 200.000 euros. El beneficiario fue la cárcel de menores Casal del Marmo, en Roma. Con ello, el recinto penitenciario pagará parte de la hipoteca que pende sobre su fábrica de pastas, donde adiestran a los jóvenes internos en este oficio con miras a su reinserción laboral.

Warren Buffet, considerado como el mejor inversionista de todos los tiempos, ha sido por cinco años el mayor donador del mundo, con un total de USD 62.000 millones a lo largo de su vida, equivalente al 30 % de su fortuna. Además, el cofundador de The Giving Pledge, dejará sus acciones a una fundación que dirigirán sus tres hijos. En la actualidad, esas acciones valen unos 145.000 millones de dólares.

George Soros ha donado un porcentaje mayor de su patrimonio, el 76 %, equivalente a unos USD 32.000 millones. Parte de esas donaciones han sido para apoyar la democracia en diferentes lugares del mundo, por lo que es acusado de sufragar conspiraciones contra regímenes autoritarios. Desde 1979, cuando inició su labor filantrópica, apoya la educación en países pobres.

Según Forbes, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, ha donado USD 406 millones de dólares a lo largo de su vida, cifra por debajo del 1 % de su patrimonio neto al cierre de 2024. El monto no incluye los USD 7.900 millones en acciones de Tesla que transfirió a la Fundación Musk en 2021 y 2022. Aun así, sus donativos apenas han sido 2 % de su patrimonio. 

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