30/05/2025
Inspirado en su par estadounidense Donald Trump, Javier Milei endureció los criterios de llegada y permanencia a la Argentina: firmó el decreto de necesidad y urgencia 366/2025 y oficializó la reforma migratoria.
Con la medida, que modifica la Ley de Migraciones N° 25.871, la Ley de Educación Superior N° 24.521, la Ley de Educación Nacional N° 26.206 y la Ley de Ciudadanía N° 346, las personas migrantes estarán más expuestas a las deportaciones.
“Necesitamos ordenar el sistema migratorio, reforzar el control fronterizo y documental, y atraer extranjeros que contribuyan al crecimiento de la Argentina”, explica la normativa publicada el 29 de mayo en el Boletín Oficial.
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¿Qué cambios introduce la reforma migratoria argentina?
Por un lado, el DNU establece nuevos requisitos para acceder al permiso de residencia y a la obtención de la ciudadanía argentina. Por otro lado, habilita el cobro de aranceles especiales para migrantes que quieran acceder al sistema de salud y/o inscribirse en las universidades públicas.
La reforma profundiza una de las promesas de campaña de Javier Milei y vigoriza su discurso antiinmigratorio, idéntico al de otros gobiernos de ultraderecha.
Ahora bien, ¿por qué ha generado tanta polémica? La respuesta más rápida, quizá, uno la encuentra en la historia del país, formado por un crisol de razas y muy vinculado a la inmigración desde sus orígenes. El propio Javier Milei, de hecho, tiene una historia de inmigración muy cercana: sus abuelos emigraron de Italia y Croacia.
La respuesta más desglosada, quizá, tiene que ver con que Milei le acaba de dar un giro histórico a la política migratoria argentina, conocida por garantizar el a la salud y a la educación de forma gratuita y universal a todas las personas.
A partir de ahora, las personas migrantes sólo podrán acceder a establecimientos de educación inicial, primaria y secundaria -públicos o privados-, incluso cuando su condición migratoria sea irregular.
Para estudiar en establecimientos universitarios estatales, en cambio, deberán ser ciudadanos argentinos por opción o contar con residencia permanente en el país. Caso contrario, las casas de altos estudios podrán cobrar aranceles o retribuciones por los servicios de educación -si bien el decreto habilita esta posibilidad, queda a criterio de cada universidad estatal.
Algo similar sucede con los servicios sanitarios: el sistema de salud público sólo atenderá de forma gratuita a aquellos extranjeros en situación de emergencia médica, sea cual sea su situación migratoria e incluso a aquellos que están de visita o en tránsito por el país. Para otro tipo de consultas, todos los ciudadanos no residentes deberán contar con un seguro de salud o bien abonar el servicio de forma adelantada.
Los extranjeros con residencia permanente no tendrán cambios en este sentido, ya que podrán acceder al sistema de salud público en igualdad de condiciones que los ciudadanos argentinos.
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¿Cómo obtener la ciudadanía argentina?
El otorgamiento de la ciudadanía pasa de estar a cargo del Poder Judicial a ser competencia de la Dirección Nacional de Migraciones.
La opción más popular, por lo general, es aplicar a la ciudadanía por naturalización. Sin embargo, el nuevo decreto vuelve más rígidas las condiciones para obtenerla: los extranjeros mayores de 18 años deberán acreditar dos años de residencia legal y continua en la Argentina, sin salir en ningún momento del territorio nacional -hasta ahora, las personas podían cumplir con la residencia continua incluso si hacían salidas al exterior.
Otra opción es aplicar a la ciudadanía por inversión relevante: la reforma crea un nuevo mecanismo para aquellos extranjeros que quieran realizar una gran inversión en el país. Una vez que el Ministerio de Economía establezca cuáles serán los montos considerados “inversiones relevantes”, las personas podrán aplicar a este tipo de ciudadanía, que busca atraer capitales extranjeros.
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¿Cuáles serán los requisitos para acceder al permiso de residencia en Argentina?
“Los extranjeros serán itidos para ingresar y permanecer en el país en las categorías de 'residentes permanentes', 'residentes temporarios' o 'residentes precarios”, especifica el decreto.
Residencia permanente: habrá que acreditar medios económicos suficientes para subsistir en el país y no tener antecedentes penales o bien ser hijo de argentinos nativos, naturalizados o por opción.
Residencia temporaria: solo disponible para casos puntuales. Quienes apliquen a esta residencia deberán abandonar el país al expirar la autorización; caso contrario, serán deportados.
Residencia precaria: permite permanecer, egresar, ingresar, trabajar y estudiar en el país durante 90 días, pero puede ser renovada.
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